El rancho de San Gabriel, ubicado en San Antonio de las Minas, fue el lugar donde se verificó el evento denominado 'Taurovinomaquia", el cual es organizado por la conocida vinícola Santo Tomás.Brindando el toro.
Elegantemente vestido aparece Gastón montado en un caballo blanco esperando la salida de un toro de casi 500kg.Aunque no tengo experiencia en la fiesta taurina, trataré de explicarles lo que aprecié en esa tarde de toros."El abuelo", le llamaba el público a este torero auxiliar.
Después que el bravo toro recorre todo el rodeo, es "toreado" por el rejoneador y por toreros auxiliares para cansarlo un poco.El público se metió mucho con el.
Los jueces autorizan que salga un robusto "picador" en un caballo protegido con tela acolchonada, quien me recordó al famoso señor barriga del chavo del 8.Una vez que el "picador" cumple su función de herir al toro, sobre su lomo brota un palpitante chorro de sangre que impresiona a gran parte del público, no acostumbrado a estos espectáculos.Me enteré que la finalidad de "sangrarlo", es debilitarlo para que sea menos peligroso el trabajo del torero.También la colocación de banderillas tiene este fin.Después el rejoneador se acerca varias veces al toro para torearlo con una banderita roja, haciendo que el toro casi alcance al caballo.
Pasados algunos minutos, se decide la última parte del espectáculo, que es de dar la estocada (poner la espada) al toro.Afortunadamente Gastón con su gran experiencia lo logra en el primer intento y se baja del caballo a esperar su muerte, mientras los ayudantes ponen la capa en ambos lados del toro, para que este gire constantemente y la espada corte sus partes vitales.Observen las caras del público.
Las caras en varias mujeres y una niña de 6 años que se encontraba entre sus padres eran de asombro, por lo que algunas se taparon la cara para evitar presenciar este sangrante"deporte".Gran parte del público aplaude al torero cuando el toro dobla sus patas y cae al suelo y piden las 2 orejas, como premio para el torero, las cuales concede el juez, por lo que el torero con una enorme sonrisa realiza un paseo en la plaza recibiendo algunos claveles.Mordiendo la oreja
Curiosamente lanza una de las orejas a una parte del público y un envinado fanático muerde la oreja verificando su autenticidad."No me vuelvas a traer a estos espectáculos, me dijo mi esposa, aún impresionada por el sufrimiento del toro; lo único que valió la pena de venir aquí, fue que estaba muy guapo el torero".Bueno. . . cuestión de gustos.
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